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sábado, 31 de diciembre de 2011

Otro año que nos deja, otro que viene: feliz año.

Un pensamiento para terminar el año:

Ante la muerte todo se queda pequeño. Pero en especial las ambiciones, los odios y los rencores, las estúpidas vanidades. Nos deja desnudos, andando contracorriente, completamente ridículos.

No sabría explicar lo que quiero decir, intento no rebuscar las palabras. Respirar hondo y mirar lo que tenemos al lado y no pretender ir más allá, disfrutar el momento y consumir la vida a sorbos, sin perder el tiempo en estupideces, buscando aquello que nos hace falta: compartir momentos, sentir la brisa del aire en un día de verano  o el día que quieras, pero sentir que formamos parte de esa tierra a la que al final vamos a terminar.

No termino de explicarlo, pero presiento que si uno vive de verdad, la muerte se esfuma como un sueño al despertarse, y el día que venga ya estaremos preparados para marchar.

domingo, 18 de diciembre de 2011

El pozo

Estoy bastante cómodo, aquí dentro tengo todo lo que me hace falta y lo que puedo necesitar. Tengo mi comida, una nevera repleta de comida, y mis cachivaches cibernéticos. ¿Para que voy a salir del pozo? Al menos de momento. Seguiré por un tiempo metido mientras el mundo sigue dando vueltas, tan ajeno a mí como yo a él.

viernes, 16 de diciembre de 2011

El tiempo nos dará la razón.

O nos la quitará, pero es el elemento que nos da una idea de quienes somos.

Seguro que mañana pienso una cosa distinta, pero el mundo se mueve con este concepto del tiempo. Y nos miramos en el mundo para evaluarnos.

Sé que es un poco confuso lo que digo, pero no pienso aclararlo.

martes, 13 de diciembre de 2011

El zorro y el erizo

El zorro sabe muchas cosas, el erizo sabe una sola gran cosa.

A mí me gustaría ser erizo, pero que sabe la única cosa que es la esencial y la más grande de todas.

domingo, 11 de diciembre de 2011

El cubo (II)

Estoy tentado de dar un paso y atravesar la arista, pero tengo miedo de que al levantar el pie el viento me lleve lejos de mi mundo cúbico.

¿No has estado nunca en el borde de una arista?. Sopla un viento fuerte si te asomas al abismo, un viento tan fuerte que apenas de permite respirar. Puedes asomar el  cuerpo, dejarlo caer, y el viento te mantiene ahí, observando la cara plana del otro lado.

martes, 6 de diciembre de 2011

Aire

Escrito originalmente el 1 del 10 del 2010 y dejado en un cajón:

Farolas de luces amarillas desdoblando en cuatro mi figura proyectada sobre los adoquines. El aire roza mi cara y mis brazos, entra profundamente en mis pulmones atrapando el tiempo y soltando la pena y la tristeza.


Nostalgia de la infancia, corriendo por descampados, despreocupado, yendo a la casa a cenar. Recuerdos de color sepia, en blanco y negro, húmedos por tantas lluvias de tantos años que se van por la escorrentía arrastrados por la corriente de un tiempo incesante, mortal y atroz.

Será locura o no...

Será locura o no, o quizás un proyecto que no debía de haber empezado, pero a estas alturas me lo paso pipa con él. Estoy terminando una especie de página-diario donde se pueden escribir las cosas que a uno le interesan y marcar en un mapa donde han ocurrido, subir foto y, ocasionalmente, compartirlas si se quiere y con quién se quiere. Pretende avanzar y ser algo más, pero de momento lo dejo ahí para poder descansar e ir haciendo la pagina más manejable y amigable. El próximo proyecto será algo de lo que quizás ya haya mucho, pero me da igual, igual lo voy  a hacer.  Será un libro-forum y ya le iremos dando forma. Total, cuando partes de una idea con el tiempo se enriquece y va tomando forma casi por si misma y a veces eso es lo que merece la pena, iniciar el camino para ver donde va a parar y que nuevos paisajes va uno a contemplar.

Y esta entrada, pretende ser una exposición de lo dicho, y una declaración de por que este blog tan poco leído, pero para mi tan preciado, está un poco olvidado.

El cubo

Camino hasta la arista y me asomo al borde sintiendo el vértigo que es mirar por la cara plana del otro lado. Miro hasta la siguiente arista y mi espíritu se sobrecoge al ver ambos lados de la cara de este cubo: la que habito y la que se me aparece.